viernes, 26 de agosto de 2011

Avistamiento masivo OVNI en Rusia - Yohanan Diaz

Cuencos: la música que armoniza el espíritu

Viernes 26 de Agosto de 2011 | Un joven tucumano devela los secretos de una terapia vibracional utilizada por antiguas culturas. Las notas actúan armonizando la energía de las personas y buscando su paz interior.

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 EN PLENO CONCIERTO. Gustavo Escalante ejecuta con una mano el cuenco de cuarzo (blanco) y con la otra el udu (parece una vasija de cerámica). LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA

ampliar fotoampliar (1 de 2 fotos) | EN PLENO CONCIERTO. Gustavo Escalante ejecuta con una mano el cuenco de cuarzo (blanco) y con la otra el udu (parece una vasija de cerámica). LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA

Una oleada de aroma a incienso es la primera percepción. El cuarto luce alfombrado y despojado de muebles. Señal de que hay que sacarse los zapatos para entrar. Periodista y fotógrafo toman un almohadón cada uno y se ubican en el piso. Gustavo Escalante se acerca descalzo con una bandeja: trae un blend de canela, jengibre y té rojo en pequeños vasos de cerámica. Comienza la entrevista.

"Las culturas más antiguas te enseñan que una de las formas del ser humano de conectarse con lo sagrado es por medio del sonido. De ahí el uso de instrumentos musicales en las ceremonias rituales. Los sonidos se utilizan como medio para equilibrar el cuerpo y el alma, para tratar enfermedades y equilibrar la energía", explica Escalante, vestido con pantalón blanco y camisola lila.

Al fondo de la habitación, en su casa del barrio Kennedy, descansan extraños instrumentos: cuatro cuencos blancos de cuarzo, de distintos tamaños, un cuenco tibetano (hecho con aleación de siete metales), un gong (especie de platillo de bronce que se usaba hace 4.000 años) y un didgeridoo (instrumento de viento -como una enorme caña- de origen australiano). Lo acompañan elementos naturales, entre ellos palos de lluvia, chaschas(racimos de pezuñas de cabra) y vainas gigantes.

Son instrumentos simples de tocar, pero cada uno emite un sonido profundo y abrazador. Gustavo logra con cada mano distintos sonidos. Cada caricia que arrastra por el borde de los cuencos de cuarzo genera un murmullo interminable, suave primero e intenso después.

El golpeteo sobre el udu, una especie de vasija de barro cocido, acostada sobre una manta, marca un ritmo suave y seco, tan africano como el origen de este instrumento. De tanto en tanto, para cortar, hace sonar los pines armonizadores, que recuerdan al mágico xilofón. Cada sonido nace, se eleva, se sostiene y se pierde, mientras otro va surgiendo al mismo tiempo.

Arrullado en los sones, el cuerpo se va relajando. La mente comienza a fluir en libertad. Una inspiración profunda termina por acomodarnos en una frecuencia de bienestar y tranquilidad...

"La vibración sonora de estos instrumentos nos lleva al equilibrio físico y energético. Por medio del principio de la resonancia el sonido tiene la capacidad de afectar la materia. Esto convierte al sonido en un instrumento terapéutico, porque ayuda al equilibrio físico, emocional y espiritual", explica.

Una larga búsqueda

¿Cuándo comenzó esta historia de la terapia vibracional? A los 27 años. Gustavo -que hoy tiene 33 - se había recibido de licenciado en Administración de Empresas pero no se sentía satisfecho. "Allí comenzó mi búsqueda. Empecé con yoga, que me cambió la vida y que nunca abandoné, y seguí con control mental, reiki, terapia con piedras y cristales maestros, hasta que llegué al sonido en un viaje a Capilla del Monte. Fue cuando conocí a mis maestrosMarcela y Sebastián. Ellos me enseñaron muchas cosas, y a partir de ahí comencé a investigar", cuenta.

Asegura que los sonidos pueden armonizar el cuerpo y el alma. Él mismo padecía de ataques de pánico que fueron desapareciendo gracias a la terapia vibracional.

"El universo es una gran sinfonía", destaca. "Cada órgano y hueso de nuestro cuerpo tiene una resonancia -explica-. Cuando aparece un bloqueo el órgano deja de vibrar con el resto del sistema, produciendo como resultado algún tipo de enfermedad o desequilibrio. Por eso esta terapia sirve para elevar la frecuencia vibracional y ponerla en armonía con el universo".


martes, 9 de agosto de 2011

NOTA:¿ Solo Utopía?


Contribución de América Latina a una geosociedad

Leonardo Boff, teólogo

Koinonía

Crece en el mundo por todas partes la resistencia al sistema de dominación del capital globalizado por las grandes compañías multilaterales, sobre las naciones, las personas concretas y sobre la naturaleza. Está surgiendo, bien o mal, una tendencia orientada ecológicamente por prácticas y proyectos que ya ensayan lo nuevo.

La base es siempre la economía solidaria, el respeto a los ciclos de la naturaleza, la sinergia con la Madre Tierra, la economía al servicio de la vida y no del lucro y una política sustentada en la hospitalidad, la tolerancia, la colaboración y la solidaridad entre los más distintos pueblos, suprimiendo de esta manera las bases para el fundamentalismo religioso y político, y para el terrorismo que hemos visto en Estados Unidos y, ahora, en Noruega.

De los muchos proyectos existentes en América Latina, como la economía solidaria, la agricultura orgánica familiar, las energías alternativas limpias, la Vía Campesina, el Movimiento Zapatista y otros, queremos destacar dos por la relevancia universal que representan: el primero es el de «Vivir bien» y el segundo el de la «Democracia Comunitaria y de la Tierra», como expresión de un nuevo tipo de socialismo.

El «Vivir bien» está presente a lo largo de todo el continente Abya Yala (nombre indígena para el Continente sudamericano), del extremo norte al extremo sur, bajo muchos nombres, siendo estos dos los más conocidos: suma qamaña (de la cultura aymara) y suma kawsay (de la cultura quechua). Ambos significan «el proceso de vida en plenitud». Ésta resulta de la vida personal y social en armonía y equilibrio material y espiritual. En primer lugar es un saber vivir y luego un saber convivir: con los otros, con la comunidad, con la Divinidad, con la Madre Tierra, con sus energías presentes en las montañas, en las aguas, en los bosques y selvas, en el suelo, en el sol, en la luna y en cada ser. Se busca una armonía, no de acumulación de riqueza, sino de producción de lo suficiente y digno para todos, respetando los ciclos de la Pachamama y las necesidades de las generaciones futuras.

Ese «Vivir bien» no tiene nada que ver con nuestro «vivir mejor» o «calidad de vida». Nuestro vivir mejor supone acumular medios materiales para poder consumir más dentro de la dinámica de un progreso ilimitado cuyo motor es la competición y una relación meramente de uso de la naturaleza, sin respetar su valor intrínseco y sin reconocerse parte de ella. Para que algunos puedan vivir mejor, millones tienen que vivir mal.

El «Vivir bien» no se identifica simplemente con nuestro «bien común» pensado solamente en función de los seres humanos en sociedad, en un antropo-y-sociocentrismo inconsciente. El «Vivir bien» abarca todo lo que existe, la naturaleza con sus diferentes seres, todos los humanos, la búsqueda de equilibrio entre todos, también con los espíritus, con las personas sabias (abuelas y abuelos fallecidos), con Dios, para que todos puedan convivir armónicamente. No se puede pensar el«Vivir bien» sin la comunidad, la más ampliada posible, humana, natural, terrenal y cósmica. La «minga», que es el trabajo comunitario, expresa bien este espíritu de cooperación.

Esta categoría del «Buen vivir» y del «Vivir bien» ha entrado en las constituciones de Ecuador y de Bolivia. La gran tarea del Estado es poder crear las condiciones de este «Vivir bien» para todos los seres y no solo para los humanos.

Esta perspectiva, nacida en la periferia del mundo, con toda su carga utópica, se dirige a todos, pues es un intento de respuesta a la crisis actual, que podrá garantizar el futuro de la vida, de la humanidad y de la Tierra.

La otra contribución latinoamericana para otro mundo posible es la «Democracia Comunitaria y de la Tierra». Se trata de un tipo de vida social, existente en las culturas de Abya Yala, reprimida por la colonización pero que ahora, con el movimiento indígena rescatando su identidad, está atrayendo la mirada de los analistas. Es una forma de participación que va más allá de la democracia clásica representativa y participativa de cuño europeo. Las incluye, pero aporta un elemento nuevo: la comunidad como un todo. Ésta participa en la elaboración de los proyectos, en su discusión, en la construcción del consenso y en su implementación. Presupone una vida comunitaria ya establecida en la población.

Se distingue del otro tipo de democracia por incluir a toda la comunidad, la naturaleza y la Madre Tierra. Reconoce los derechos de la naturaleza, de los animales, de las selvas, de las aguas, como aparece en las nuevas constituciones de Ecuador y Bolivia. Se amplía la personalidad jurídica a los demás seres, especialmente a la Madre Tierra. Por el hecho de ser seres vivos tienen un valor intrínseco y son portadores de dignidad y de derechos, y por eso merecedores de respeto.

La democracia será entonces socio-terrenal-planetaria, la democracia de la Tierra. Hay quienes dicen: todo esto es utopía. Y lo es. Pero es una utopía necesaria. Cuando hayamos superado la crisis de la Tierra (si la superamos), el camino de la humanidad será organizarnos globalmente en torno al «Vivir bien» y a la «Democracia de la Tierra», la Biocivilización (Sachs). Ya existen signos anticipadores de este futuro.

lunes, 8 de agosto de 2011

El Dalai Lama: Compasion y desarrollo de una actitud amistosa o compasiv...

Dalai Lama Daily Practice Sub Esp

HHDalai Lama,Heart Sutra.SubEsp.1.avi

HHDalai Lama,Heart Sutra.SubEsp.1.avi

BUDISMO - MEDICINA TIBETANA - MEDITACION - INICIACIONES BUDISTAS

BUDISMO - RITUAL DE LIMPIEZA MEDIOAMBIENTAL

Ritual Budista de Limpieza Ambiental - Explicación y parte del mismo celebrado durante la GIRA POR LA PAZ MUNDIAL de monjes procedentes del TIBET.

ETICA BUDISTA


La ética budista se fundamenta en los principios de ahimsa (no ocasionar daño) y el Camino medio (moderación; no reprimir ni tampoco aferrarse a nada). Según las enseñanzas budistas, los principios éticos están determinados por el hecho de si una acción cualquiera podría tener una consecuencia dañina o perjudicial para uno mismo o para otros. En el budismo se utiliza la expresión de mente hábil, que es aquella que evita todas las acciones propensas a causar sufrimiento o remordimiento. El esfuerzo y la intención empleados determinará la carga kármica de la acción.
A diferencia de una regla impuesta por una autoridad, un precepto es una base o guía ética personal. La ética budista se basa en Los Cinco Preceptos:
no matar.
no tomar lo que no es dado.
no mantener una conducta sexual incorrecta: que sea dañina con otros o con uno mismo.
no hablar de manera dañina: mentir, rudeza, ostentación, cotilleo/chismorreo, charla vana.
no tomar o consumir intoxicantes que alteren negativamente la mente.
Los monjes y monjas budistas por su parte, siguen más de 200 normas de disciplina descritas en detalle en el Vinaya pitaka.

KARMA. COMO FUNCIONA


Según el budismo, toda acción intencionada (karma) crea uno o varios efectos que aparecen cuando las circunstancias son proclives, a lo que se llama maduración (vipaka) o fruto (phala). El karma en aplicación a la doctrina budista se refiere a cualquier acción de habla, cuerpo o pensamiento. Por tanto los movimientos ajenos a la volición o la intencionalidad - como ocurre en el caso de actos reflejos - son neutrales kármicamente. Sin embargo, cualquier movimiento de la voluntad es karma aunque no sea consciente.
El "buen" y "mal" karma se distinguen de acuerdo a la raíz de las acciones. En el Kukkuravatika Sutta28 Buda clasifica el karma en 4 grupos:
1 - oscuro con resultado oscuro.
2 - brillante con resultado brillante.
3 - oscuro y brillante con un resultado oscuro y brillante.
4 - ni oscuro ni brillante con un resultado ni oscuro ni brillante.
La oscuridad (el mal) no puede dar lugar a un brillante (feliz) resultado, pero aun así el karma puede estar mezclado debido a una variedad de motivos buenos y malos.
El karma en el budismo explica también las diferencias por las que los seres tienen una vida más o menos larga, riqueza, belleza, salud o sabiduría. En el Cula-kammavibhanga Sutta29 Buda explica que éstas cosas no existen por casualidad sino por el karma. El karma es una ley para explicar un mecanismo en el que está ausente un ser consciente que juzgue. Así, en el Mahakammavibhanga Sutta30 Buda explica los 4 tipos de personas que deben distinguirse respecto al karma y su destino previsible:
1 - quien hace el mal y va a un infierno, estado de deprivación o un renacimiento inferior.
2 - quien hace el mal y va a un cielo, estado feliz o renacimiento superior.
3 - quien hace el bien y va a un cielo, estado feliz o renacimiento superior.
4 - quien hace el bien y va a un infierno, estado de deprivación o un renacimiento inferior.
nótese que cielo e infierno no están expresando exclusivamente el destino tras la muerte, sino estados luminosos y felicidad o bien de oscuridad e infelicidad, que existen también en vida como efectos de acciones previas. El mecanismo del karma supone por tanto un reflejo bastante fiel de la realidad, no siempre considerada justa y en donde a las acciones buenas o malas no les sucede siempre el efecto deseado.
La doctrina de karma budista no es totalmente determinista ni fatalista. Karma no significa destino ni predeterminación, ya que no existe un automatismo ciego en la voluntad respecto a las tendencias mantenidas y no es posible anticipar que ocurrirá. La práctica budista además permite tomar observación y consciencia de este funcionamiento para ocasionar un distanciamiento respecto a esas tendencias. El karma no se debe entender como castigo al igual que tampoco lo hacemos, por ejemplo, con el ADN. Karma es una más de las cinco tipos de condicionalidad o procesos lógicos del Universo (niyamas). Condicionalidad 1. inorgánica, 2. orgánica, 3. psicológica, 4. moral y 5. Trascendental. Estos tipos de condicionalidad son impersonales y no hay intervención divina en ellos. Del mismo modo que la ley de la gravedad no requiere intervención divina. Algunos tipos de condicionalidad son inmutables: ni siquiera un Buda puede escapar de ser afectado una vez que ya nació y tiene un cuerpo.
¿Cómo funciona el karma?
El rol de actuación de la persona respecto al karma se circunscribe en la explicación budista sobre la experiencia de la realidad y como la individualidad se expresa. En el Abhidhamma Pitaka se describen 52 factores mentales (cetasikas) que surgen en varias combinaciones para dar lugar a 89 posibles estados de consciencia (cittas). Desde aquí se consideran 4 elementos físicos primarios y 23 fenómenos físicos que se derivan de ellos. En este escenario existen los movimientos de la voluntad, y es en donde se condicionan o refuerzan hábitos y tendencias (samskara) para crear, de manera acumulativa, lo que se nos aparece como nuestra personalidad o carácter. El proceso resumido de todo ello y que explica el Karma respecto a la acción será resumido como: 1. Samskara o predisposición, 2. Karma o acto volitivo y 3. Vipaka o fruto; resultado. El resultado de nuestras acciones nos otorga una experiencia que promueve nuevamente una disposición Samskara, y así continúa.
En el budismo, las diferencias entre las acciones volitivas se expresan sólo en términos de habilidad o destreza. Si las motivaciones o raíces (mula/hete) corresponden con alguno de los Tres Fuegos (véase Duhkha) son torpes por ser malsanas y perniciosas (akusala), y si corresponden a sus opuestos son hábiles por ser saludables (kusala). Sin embargo, el objetivo de la práctica del renunciante (véase Nekkama) budista no es la de producir más de un tipo de karma (más mérito) y menos de otro (menos castigo), sino el de dejar totalmente de producir karma alguno para acabar con el ciclo de renacimiento. Más allá de esta breve explicación, existen varios comentarios alrededor del karma que lo clasifican en diferentes tipos para su comprensión más detallada.
El funcionamiento del karman es extremadamente complejo; su resultado exacto y preciso es imposible de predecir y no siempre se manifiesta de manera inmediata, ya que su maduración depende de las circunstancias. El karman tampoco es una explicación a la mala fortuna, debido al gran número de variables y fuerzas involucradas.
wipedia.

Buda Gautama


Buda Gautama.
Hay certeza histórica y científica sobre la existencia del Buda Gautama, originalmente llamado Siddharta Gautama y conocido después también como Sakyamuni o Tathagata. Se sabe que provenía de la segunda casta hindú, la k?atriya, compuesta de guerreros y nobles. No obstante, algunos estudiosos como Andreu Bareau afirman que no es posible saber con exactitud si era un príncipe o un noble.
La vida y enseñanzas de Gautama se transmitieron de manera oral hasta la primera compilación escrita del budismo, llamada el Canon Pa?i, donde los hechos de su vida aparecen de manera dispersa. Pero no existirá una compilación biográfica completa hasta bastantes siglos después, siendo la más reconocida la del maestro y erudito indio Asvagho?a que vivió en el siglo I de Nuestra Era.
Los relatos sobre la vida de Siddhartha están mezclados con mito, leyenda y simbolismo. Más allá de su simple interés biográfico, estas historias son vistas como una guía para la vida de sus seguidores, en la que los diferentes episodios clave constituyen metáforas de los procesos de crisis y búsqueda espiritual del ser humano. Además de la recopilación sobre su vida como Siddhartha, existen también relatos sobre sus vidas previas llamadas jatakas. En estos relatos Buda aparece como un bodhisattva; alguien que atraviesa obstáculos a través de varias vidas en el camino hacia el Nirvana.
Según la tradición, Los Cuatro Encuentros fueron una de las primeras contemplaciones de Siddhartha. A pesar de las precauciones de su padre, alcanzó a salir del palacio en cuatro ocasiones en las que vio por primera vez en su vida a un anciano, a un enfermo, a un cadáver y por último a un asceta, realidades que desconocía personalmente.
A los 29 años, después de contemplar los cuatro encuentros, decidió iniciar una búsqueda personal para investigar el problema del sufrimiento. A esta decisión se le llama La Gran Renuncia. Se unió al entonces numeroso y heterogéneo movimiento hindú de los sramanas (‘vagabundos religiosos mendicantes’), renunciando a todos sus bienes, herencia y a su posición social, para seguir prácticas religiosas y ascéticas.
Nirvana de Siddhartha


El Loto es el símbolo del Despertar; el florecimiento del loto representa al momento del Nirvana.
Siddharta se dio cuenta, después de casi morir de hambre a causa de un estricto ascetismo, que la moderación entre los extremos de la mortificación y la indulgencia lograba incrementar sus energías, su lucidez, y su meditación. Con este hallazgo, que llamó Camino medio, comió algo y se sentó bajo una higuera Bodhi, una especie sagrada en la India, con la promesa de no levantarse hasta hallar la solución al sufrimiento y ser un Buda. Esto ocurrió en la localidad de Bodhgaya, cerca de Benarés, que actualmente es un sitio sagrado de peregrinación budista.
Siddharta atravesó distintas etapas de meditación. En la primera parte de la noche logró el conocimiento de sus existencias anteriores (pubbe nivasanussati ñana), durante la segunda parte de la noche alcanzó el conocimiento de ver seres morir y renacer de acuerdo con la naturaleza de sus acciones (cutupapata ñana) y durante la última parte de la noche purificó su mente (asavakkhaya ñana) y tuvo un entendimiento directo de las Cuatro Nobles Verdades (cattari ariya-saccani).
Como última prueba se presentó Mara (la tendencia a la maldad en seres samsáricos, a veces interpretado como demonio), quien hizo una serie de tentaciones. Sin embargo, Sidarta no cayó en estas tentaciones, con lo que logró ser libre del aferramiento a las pasiones pero sin represión de estas (destruyendo las cadenas del samsara).
Al final, conoció que había logrado un estado definitivo de "no-retorno" al que se llama Nirvana, que significa ‘cese (del sufrimiento)’ pero que no es posible describir claramente con lenguaje. En ese momento dijo "hecho está lo que debía hacerse". Tras alcanzar la iluminación, dedicó su vida a propagar sus enseñanzas en el norte de la India.
El despertar de Gautama es el punto de partida histórico del budismo, y parte de la enseñanza de que alcanzar el Nirvana es posible; todos los seres humanos tienen el potencial de lograr un cese del sufrimiento y comprender la naturaleza del bodhi.

HISTORIA BUDISMO


El budismo se desarrolló a partir de las enseñanzas difundidas por su fundador Siddhartha Gautama, alrededor del siglo V a. C. en el noreste de laIndia. Inició una rápida expansión hasta llegar a ser la religión predominante en India en el siglo III a. C. En este siglo, el emperador indio Asoka lo hace religión oficial de su enorme imperio, mandando embajadas de monjes budistas a todo el mundo conocido entonces. No será hasta elsiglo VII EC cuando iniciará su declive en su tierra de origen, aunque para entonces ya se habrá expandido a muchos territorios. En el siglo XIII había llegado a su casi completa desaparición de la India, pero se había propagado con éxito por la mayoría del continente asiático.

El budismo ha ayudado en la difusión del lenguaje, y la adopción de valores humanistas y universalistas. Es por tanto una filosofía importante en Asia porque su práctica ha logrado expandirse a la totalidad de sus países. Desde el siglo pasado se ha expandido también por el resto del mundo. Al carecer de una deidad suprema pero mostrar a la vez su carácter salvífico y universalista, ha sido descrita también como fenómeno transcultural,filosofía, o método de trasformación.

El budismo es en número de seguidores una de las grandes religiones del planeta. Contiene una gran variedad de escuelas, doctrinas y prácticas que históricamente se han clasificado en budismo Theravāda, Mahāyāna y Vajrayāna.


El budismo es una religión no teísta perteneciente a la familia dhármica y, según la filosofía hindú, de tipo nastika. El budismo ha ido evolucionando en la historia hasta adquirir la gran diversidad actual de escuelas y prácticas.
En Occidente ha habido ciertas dificultades para definir el budismo.

sábado, 6 de agosto de 2011

AÑO DEL MAGO RÍTMICO BLANCO (2011-2012)

Reiteradamente pensamos o nos escuchamos decir que el mundo está en crisis, que la humanidad está en un momento crítico en todos los niveles. Apenas levantamos la mirada de esa idea abrumadora y llena de sombras, recordamos que una crisis no es en sí otra cosa que la transición hacia otro estado del ser o de la conciencia, y el grado de dolor o sentido de pérdida que vivamos en ese proceso depende siempre de cuán preparados estamos para desapegarnos, para dejar ir lo que nunca fue nuestro verdaderamente, lo que no nos es esencial.

Los Mayas hicieron sus cálculos astronómicos y nos dejaron dicho que al final de un ciclo siempre hay crisis, que es la oportunidad de abrirse al cambio para ascender, para evolucionar en el plano individual o en el de la especie toda. Hoy los Neo-Mayas aprovechan y revitalizan ese saber, y proponen una medición del Tiempo que tenga en cuenta no solo el ciclo de 365 días de la Tierra alrededor de su estrella central, sino también las trece lunaciones del año con sus 364 días totales, y la especial ubicación del Sistema Solar en la Galaxia, que desde nuestra mirada terrestre se percibe como la alineación del Sol con la estrella Sirio, que se produce en el gregoriano 26-7.

Al combinar el comienzo del Calendario Neo-Maya de Trece Lunas con la Cuenta Sagrada de 260 días llamada Tzolkin, se observa que hay una energía particular que vibra en ese inicio de año y que impregna con su contenido simbólico y su propuesta concreta el desarrollo de todo el ciclo que va desde el 26-7-11 al 24-7-12. Por eso se dice desde esta perspectiva que está comenzando el Año del Mago Rítmico Blanco.

Mago Rítmico o 6-Mago nos invita a encarar la crisis individual y mundial, y buscar el equilibrio necesario para empezar a encauzar estas fuerzas hacia el cambio tan esperado, hacia el momento en que tomemos conciencia de que estamos más allá de la transición y caminando ya por una vivencia distinta de lo que podamos denominar realidad, ya sea la externa o la que construimos en el interior de nuestra conciencia (y que tarde o temprano proyectamos a nuestro alrededor). Ese equilibrio debería ser natural, un balanceo de fuerzas que encuentran unidad interna en su dualidad, un movimiento armonioso que sobreviene cuando uno descubre que un propósito determinado no está desmembrado de sus propios desafíos, sino que el objetivo claro y los obstáculos eventuales son un todo, una realidad necesaria e incluso dispuesta a enseñarnos una verdad.

Este equilibrio, que no es una idealización ni una formulación teórica, este ritmo natural de las cosas que dejamos fluir desde lo más profundo del ser, atrae una clave para aflojar la tensión entre el período de transición y la nueva realidad a asumir tras la crisis. Esa clave está en desprendernos del Pasado en cuanto a la carga del sufrimiento y sentimientos de culpa que acarreamos a lo largo de estos años previos, y del Futuro en cuanto a miedos y ansiedades relacionados con el salto a un estado desconocido del ser, cuya consecución pase por un temido Fin del Mundo marcado por horrorosos cataclismos y el dolor de muertes masivas.

Entre la carga emocional de lo pasado y la expectativa temerosa de lo por venir se ubica un Presente absolutamente claro, luminoso y verdadero. Estamos entonces en el mejor momento y el mejor lugar, aunque nuestra emocionalidad nos diga que no, aunque nuestro ego se resista: Aquí y Ahora. Sólo en este preciso espacio del mundo, sólo en este mismísimo instante puedo tomar conciencia de quién soy, a dónde voy, para qué tengo lo que tengo, cómo debo seguir caminando; sólo así puedo conocerme, sólo así puedo amarme, sólo así puedo aprender a amar al otro.

Centrados en ese Presente atemporal y continuo, asumimos nuestro propio poder personal, la fuerza de nuestro espíritu, nuestra esencia divina y maravillosa que pulsa desde dentro para iluminar los aspectos todavía sombríos del ego. Nada forzado, todo natural, fluyendo como un ritmo profundo que nos mueve a actuar, o al menos a preparar todo lo necesario para el gran momento del Salto. Cerramos los ojos para aislarnos un momento de las imágenes ilusorias del entorno, descubrimos una luz en nuestro corazón, y desde esa fuente iluminamos nuestra mirada interior, la que nos lleva a vernos tal cual somos, a descubrir la verdad que está detrás de las máscaras que lucen los demás, a encontrarnos definitivamente en el corazón de los otros.

Todo esto y mucho más es el Mago Rítmico Blanco, punto de equilibrio en el camino donde la mera emocionalidad busca transformarse en sentimientos positivos, donde lo femenino moviliza su ternura y suavidad, donde la vida fluye naturalmente como un río hacia el gran mar que nos espera como individuos y como especie. Es mi deseo compartir con ustedes esta propuesta del Nuevo Año, y enviarles todas las bendiciones para que cada uno en su fuero personal encuentre su propio aprendizaje, y para que todos como grupo humano oigamos este ritmo del corazón que nos acerca y nos alienta a seguir creciendo.

IN LAK’ ECH!

(“Yo soy otro Tú”)

Gustavo J. Famá

Serpiente Cristal Roja

Dali 1 de la Luna Magnética

del Año del Mago Rítmico Blanco

(26-7-2011)


SABIDURÍA MAYA:

EL FINAL DEL CICLO

Claves para la apertura de conciencia

en tiempos de cambios profundos

Charla abierta y gratuita

(también introduce a un curso

de Primer Nivel)

Sábado 6 de Agosto

(Serpiente Autoexistente Roja)

14 hs.

En:

INSTITUTO AMATISTA

Suipacha 51

esq. Yrigoyen

QUILMES

FACILITADOR:

Gustavo J. Famá

Serpiente Cristal Roja