jueves, 4 de septiembre de 2008

EL MUNDO INVISIBLE Y LA GUERRA

LEÓN DENIS
EL MUNDO
INVISIBLE Y
LA GUERRA
Traducción del francés por
ALBERTO GIORDANO
01.02.2006
EDICIÓN DIGITAL POR LA
FEDERACIÓN ESPÍRITA ESPAÑOLA
http://www.espiritismo.es y http://www.espiritismo.cc
Título del original en francés:
LE MONDE INVISIBLE ET LA GUERRE (1919)
Traducido del francés por Alberto Giordano
Federación Espírita Española
Página web:
http://www.espiritismo.es
Correo electrónico:
info@espiritismo.cc EL MUNDO INVISIBLE Y LA GUERRA – LEÓN DENIS
LEÓN DENIS, UN GIGANTE DE LA IDEA ESPÍRITA
Dentro del nuevo espiritualismo son pocos los escritores que han alcanzado el brillo y la profundidad de León Denis. Su pluma ha legado a los espíritus estudiosos páginas de insuperable calidad literaria y filosófica, las cuales están llamadas a ser por mucho tiempo antorchas orientadoras en la evolución social y espiritual de los pueblos. Puede decirse que Denis es un esteta de la idea Espírita, pues él entrevió que sólo por el amor y la belleza es como se realizará la evolución del Espíritu en sus variados aspectos existenciales.
Su comprensión filosófica del Espiritismo lo llevó a sostener que sólo los valores subjetivos y profundos del Ser determinarán un auténtico cambio de rumbo en la humanidad; por eso Denis no rehusó dentro de la concepción espíritu de la vida el sentimiento idealista y religioso, puesto que llegó a comprender que sólo lo auténticamente espiritual en el hombre podrá encauzarlo hacia una vivencia integral de lo que significa la existencia. Pues mientras el hombre viva una vida desvinculada de las reales esencias del Universo, no logrará comprender lo que es el fenómeno histórico y las finalidades superiores que deberá cumplir durante su proceso evolutivo de encarnación y desencarnación.
Para León Denis el hombre se afirma, moral y espiritualmente sobre la base de las realidades teleológicas de la verdad. Porque todo el ideario filosófico del autor de El Problema del Ser y del Destino está fundado en la verdad -misma que subyace en el fondo de la Naturaleza, es decir, en la parte profunda de las cosas visibles.
Si Denis fue un poeta en prosa de la Idea Espírita, ello se debe a su gran consubstanciación con los valores filosóficos y religiosos de la Codificación Kardeciana. Penetró hondamente en ellos para descubrir que el genio espírita de la verdad universal estaba dentro de él mismo. Sintió que la verdad espiritual del saber espírita no era un saber racional fundado en la razón únicamente. Alcanzó a sentir existencialmente que los valores espíritas se encuentran dentro del hombre mismo y que se logran descubrir sólo citando el Ser se autoanaliza y se vive a sí mismo en profundidad y extensidad. De ahí que la ideología espírita no es una creencia aceptada como un dogma; por el contrario, Denis demostró que la búsqueda de la realidad existencial del Ser desemboca en una misma concepción. Por eso los grandes Espíritus, sin conocerse entre sí, se reúnen en una misma realidad espiritual, porque la esencia de la verdad es una y todos los que apasionadamente la buscan llegan, por uno u otro camino, a un mismo nivel ideológico y existencial.
León Denis fue un auténtico pensador y no hizo política intelectual, a fin de llamar la atención para formarse un renombre como escritor. Muchos literatos de su tiempo, que a su lado eran una medianía, lograron
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honores y se le abrieron las puertas de muchas instituciones artísticas, periodísticas y políticas. Denis encontró resistencia por sus ideas espíritas, no obstante el genio literario e idealista que poseía. Por haber amado la verdad fue excluido de los movimientos culturales de su época, pues ser espírita parecería ser, según los prejuicios del orden social imperante, un delito o una subversión moral contra la cultura, considerada inamovible, o como la única, aunque perimida y materialista, que debe rutinariamente admitirse. Empero, a pesar de los prejuicios y resistencias que se le hacen a las ideas espíritas, el proceso de sus afirmaciones resulta ya incontenible. Un nuevo espiritualismo está aflorando en la cultura moderna, con lo cual estamos viendo cómo se derrumban las formas clásicas de la civilización, ya que ellas no pueden resistir el empuje creador de las nuevas ideas que surgen del fondo mismo de los Espíritus.
León Denis será reivindicado por las nuevas generaciones cuando el movimiento espírita haya comenzado a instituir en el orden humano la sociedad espiritista, es decir, un nuevo tipo de orden social basado en la concepción espírita de la vida. Entonces Denis recibirá el homenaje, casi unánime, de los Espíritus evolucionados y amantes del progreso. Su nombre será pronunciado con respeto y veneración en las academias literarias y filosóficas de todo el mundo.
El presente libro nos lo muestra amigo de la justicia y la democracia. Algunos han dicho que sus páginas están impregnadas de un gran nacionalismo francés; pero esto no es una apreciación verdadera si se tiene en cuenta que fue Francia quién recibió los más duros golpes de quienes querían imponerle a la humanidad intolerable dictadura. Denis, como todo ciudadano de su tiempo y como amigo de la libertad y el progreso social, se opuso a tal propósito y se alió con los esfuerzos de los ejércitos aliados, a fin de librar a Francia y a la humanidad de la derrota y de un insoportable cesarismo moderno.
No se olvide que Francia en sus más difíciles situaciones nacionales fue dirigida por el genio espiritual de Juana de Arco. Este hecho es innegable en la historia de ese país, y Denis, en momento tan grave, sintió la presencia inspiradora de la heroica joven lorenesa, razón por la cual escribió estas páginas donde se nos muestra cómo el Mundo Invisible interviene en los grandes procesos políticos de las naciones.
Sin embargo, un nacionalismo puro y heroico como el de Denis no puede ser desechado en el presente momento histórico en que la vida moral de los pueblos está en franca decadencia a falta de una fuerza espiritual que lo evite. Cuando el nacionalismo está de parte de la justicia, el orden y la libertad, se torna un fenómeno universal, ya que el fenómeno humano, tanto político como social, es similar en todas partes del mundo. Por consiguiente, la verdad no tiene latitudes: la verdad está en todos los lugares de la Tierra afrontando las mismas luchas y los mismos problemas.
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Por eso el nacionalismo de León Denis es puro, real y útil, puesto que emana de sentimientos inspirados en los más altos principios morales.
La obra de León Denis al estar basada en la verdad deja de ser nacional para convertirse en universal. La Idea Espírita que fue la fuente de sus grandes inspiraciones y el motivo que lo llevó a luchar en favor del movimiento espírita mundial, hunde sus raíces en las verdades eternas y universales y por lo mismo le hace ver al hombre que los nacionalismos exclusivistas y egolátricos resultan inadecuados para el bien y el progreso del género humano. Así, pues, lo entendió Denis, por cuya razón se debe reconocer que fue un pensador universal, sin dejar de sentir por eso amor a Francia por la cual tanto se desvelaba.
Léanse estas páginas teniendo en cuenta el motivo principal que las inspiraron y se comprenderá que la pasión que hay en ellas responde a esa ansia superior por defender la verdad y la libertad con el mismo espíritu con que Francia luchó, en su hora, por la proclamación universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano.
¡Loor al gran escritor y pensador que tanto hizo por los Nuevos Derechos Espirituales del Hombre! Que las nuevas generaciones vean en él al modelo de lo que deberá ser el verdadero escritor en los tiempos modernos. Que reconozcan a través de su obra clara y brillante cuál es el papel que deberá desempeñar la literatura, como instrumento de educación y orientación en la vida de los pueblos. Ojalá su alto ideal llegue al espíritu renovador de las juventudes de la nueva era para mostrarles que la verdadera misión del hombre en la Tierra es luchar, como León Denis tan gallardamente lo hizo, por la Verdad, la Justicia y la Belleza.
HUMBERTO MARIOTTI
Buenos Aires, 1972
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