martes, 12 de agosto de 2008

El porqué de la Vida
Solución racional al problema de la existencia
POR
Léon Denis
Traducción del original en francés por Jordi Canals
Lo que somos.
De donde venimos
A dónde vamos



ÍNDICE
A LOS QUE SUFREN................................ ................................ ................................ ............1
I - DEBER Y LIBERTAD................................ ................................ ................................ .........1
II - LOS PROBLEMAS DE LA EXISTENCIA ................................ ................................ ..........2
III - ESPÍRITU Y MATERIA ................................ ................................ ................................ ....3
IV - ARMONÍA DEL UNIVERSO ................................ ................................ ............................ 4
V - LAS VIDAS SUCESIVAS................................ ................................ ................................ ..5
VI - JUSTICIA Y PROGRESO................................ ................................ ................................ 7
VII - EL FIN SUPREMO ................................ ................................ ................................ .........9
VIII - PRUEBAS EXPERIMENTALES ................................ ................................ .................. 10
IX - RESUMEN Y CONCLUSIÓN................................ ................................ ......................... १२




A LOS QUE SUFREN
Es a ustedes, oh mis hermanos y hermanas en la humanidad, a todos ustedes que la
carga de la vida doblegó, a quien las agrias luchas, las preocupaciones y las pruebas
agobiaron, dedico estas páginas. Es en su intención, afligidos, desheredados de este
mundo, que las escribí. Pionero humilde de la verdad y del progreso, puse en ellas el fruto
de mis vigilias, mis reflexiones, mis esperanzas, todo lo que me consoló, lo que me sostuvo
en mi marcha aquí abajo.
Puédanse encontrar aquí algunas enseñanzas útiles, un poco de luz para alumbrar su
camino. ¡Pueda esta obra modesta ser para su espíritu entristecido como es la sombra al
trabajador quemado por el sol, lo que es, en el desierto árido, la fuente límpida y fresca,
exponiéndose a las miradas del viajero alterado!
I - DEBER Y LIBERTAD
¿Qué hombre, en las horas de silencio y de recogimiento, jamás interrogó la naturaleza
y su propio corazón, pidiéndoles el secreto de las cosas, el por qué de la vida, la razón de
ser del universo? ¿Dónde está el que jamás procuró conocer su destino, levantar el velo de
la muerte, saber si Dios es una ficción o una realidad? No es propio del ser humano, aún
siendo tan despreocupado, que nunca se hubiera planteado estos problemas temibles. La
dificultad en resolverlos, la incoherencia y la multiplicidad de las teorías que originaron, las
consecuencias deplorables que emanan de la inmensa mayoría de los sistemas
desarrollados, todo este conjunto confuso, cansando el espíritu humano, le llevó a la
indiferencia y al escepticismo.
Sin embargo, el hombre necesita saber; necesita el rayo que alumbra, la esperanza que
consuela, la certeza que guía y que sostiene. Y tiene también el medio de conocer, de ver la
verdad, de librarse de tinieblas e inundarlo de su benéfica luz. Para eso, él mismo debe
desprenderse de sistemas preconcebidos, descender, escuchar esa voz interior que habla a
todos nosotros y que los sofismas no pueden engañar: la voz de la razón, la voz de la
conciencia.
Así hice yo. Mucho tiempo reflexioné; medité sobre los problemas de la vida y de la
muerte; con perseverancia sondeé estos abismos profundos. Dirigí a la eterna sabiduría un
llamamiento ardiente, y me respondió, como responde a todo.
Espíritu animado del amor al bien. Pruebas evidentes, hechos de observación directa
vinieron para confirmar las deducciones de mi pensamiento, para ofrecer a mis convicciones
una base sólida e inquebrantable. Después de haber dudado, creí; después de haber
negado, vi. Y la paz, la confianza y la fuerza moral crecieron en mí. Son los bienes que, en
la sinceridad de mi corazón, deseoso de ser útil para mis semejantes, vengo para ofrecer a
los que sufren y los que desesperan.
Jamás la necesidad de luz se hizo sentir de forma más imperiosa. Una transformación
inmensa se produce en el seno de las sociedades. Después de haber estado sometido
durante largos siglos a los principios de autoridad, el hombre mismo aspira, cada vez más, a
sacudir toda traba, a gobernarse. Al mismo tiempo que las instituciones políticas y sociales
se modificaban, las creencias religiosas y la fe a los dogmas se debilitaron. Es todavía una
de las consecuencias de la libertad en su aplicación a las cosas del pensamiento y de la
conciencia. La libertad, en todos los dominios, tiende a sustituir a la coacción y a la
autoridad, a guiar a las naciones hacia un horizonte nuevo. El derecho de algunos se
convirtió en el derecho de todos; pero, para que este soberano derecho esté conforme con
la justicia y lleve sus frutos es necesario que el conocimiento de las leyes morales venga अ
regular su ejercicio. Para que la libertad sea fecunda, para que ofrezca a las obras humanas
una base segura y duradera, debe ser completada por la luz, la sabiduría, la verdad. La
libertad, para hombres ignorantes y viciosos, ¿no es como un arma poderosa en las manos
de un niño? El arma, en este caso, a menudo se vuelve contra quien la lleva y le hiere.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen COMIENZO!!!!